martes, 13 de enero de 2009

NINO

Nino es un poni, pequeño y pío.



El caso de NINO fue especial porque estaba en una especie de jardín de una casa, deshabitada y enredado en la cuerda que lo ataba a un palo y no se podía mover.

Llevaba así un par de días (como mínimo) cuando lo descubrieron y enviamos el transporte a recogerlo.


El 17 de junio del 2003 nos llamó la Policía Ecológica de….., para decirnos que habían encontrado un poni en malas condiciones.

A partir de esa fecha hemos “trabajado” muchas veces con Toni y Joaquín.

Ellos hacen sus rondas de patrulla y cuando encuentran équidos que no tienen una buena calidad de vida, entendiendo por calidad de vida: comida, un sitio adecuado en el cual poder estar sueltos y una apariencia de salud, empiezan sus pesquisas y en cuanto pueden los decomisan, para que les podamos llevar al Refugio. Y de esta manera que sean adoptados por personas que les cuiden. Porque no nos equivoquemos hay personas que dicen querer a sus animales, pero tienen otra manera de quererles, para estas personas que los ponis no tengan cartillas sanitarias, vacunas, que no estén desparasitados y que se puedan mover en libertad en un cercado adecuado no significa nada, “ellos les quieren”, pero les tienen atados a un árbol o una cerca o llenos de parásitos. Sin embargo les quieren.



A veces entra en conflicto lo que ciertas personas han hecho toda la vida, la manera que tienen de tratar a sus animales, y lo que los que estamos en el mundo de la protección animal consideramos mejor para ellos.

Ellos no entienden que les podamos decomisar unos caballos y lo ven injusto aún cuando estos animales estén faltos de nutrición o en condiciones deplorables. Con mayor motivo aún si el animal no está malnutrido pero le tienen suelto en lugares en los que pueden bajar a la carretera y provocar accidentes…que a veces han sido mortales para quienes toparon con ellos.

Por eso en zonas muy pobladas como la que patrullan Toni y Joaquín siempre hay involucrados ponis, que se escapan, que van sueltos, que presentan una apariencia descuidada y sólo con averiguar un poco resulta que no tienen cartillas, ni vacunas….etc. etc.


Aunque el primer adoptante no dio la talla porque unos meses más tarde tuvimos que volver a retirarlo, esta persona pasaba muchísimas horas fuera de casa y el poni no tenía suficientes cuidados, aparte que en el jardín de su casa se había convertido en un rejuntado de hierros y deshechos que podían provocarle heridas en las patas o incluso peor si caía sobre ellos.

Después de pasar por el Refugio volvió a ser adoptado.


Las fotos nos muestran a un NINO cuidado y en un campo grande, esperamos que sea feliz.