La acción empezó una noche a las 02.00 hs de la madrugada. María y Oscar me pasaron a buscar con el coche para ir a Girona a recoger un caballo. Era un semental tordo, joven, guapo y se encontraba en medio de un campo entre terrenos sembrados, justo en medio, atado a una cuerda de 3 0 4 metros y echado la mayor parte del día. Allí había un cubo con el que supuestamente le daban de beber, siempre vacío y tumbado a su lado.
En algunas inspecciones anteriores vimos que tenía los cascos de las manos muy largos, y rotos y el que estuviera siempre echado era síntoma de que le dolían. Uno de los que tenía una parcelita cultivada cerca comentó que hacía más de un mes que no aparecía por allí el que los vecinos pensaban que era su dueño, por lo que le ponían un cubito con agua al día y un poquito de hierba entre todos. Y nos pidió que nos lo lleváramos pues ellos no podían ocuparse de él.

Algo había que hacer no se podía dejar ese caballo allí sin nadie que se responsabilizara, sobre todo pensando en el invierno que llegaría y que las condiciones para él serían mucho más duras.
Vuelvo al principio pues, después del recorrido en coche llegamos a Girona al puente por donde debíamos desviarnos hacia las tierras de labranza. El transportista nos estaba esperando y nos encaminamos hacia el caballo. Estaba oscuro y desde las chabolas ladraban algunos perros, parecíamos unos cuatreros avanzando en silencio, con linternas, siguiendo el rastro del camino hacia donde descansaba el caballo. Se podría preguntar por qué no fuimos a plena luz del día…supongo que sabíamos que podía aparecer alguien que sin tener nada que ver con la propiedad del animal nos impidiera llevarlo a lo que creíamos en ese momento que hacíamos: ¡hacia una vida mejor!

El nos relinchó y se puso de pie y además luego de cortar la gruesa cuerda nos siguió ágilmente con un bailoteo especial al no poder apoyar bien las manos.
Al día siguiente le visitó un par de veterinarios, le hicieron placas (realmente espantosas se veía el tejuelo prácticamente fragmentado) y decidieron que el herrero le cortara los cascos.
¡Si pudiéramos saber de antemano cuando no hay que tocar los cascos porque la infosura es aguda, cuando es mejor dejarlos como están y que el caballo viva el tiempo que sea hasta que el dolor resulte incompatible……pero claro hace falta demasiada experiencia para esto!.
Como nos dijo Gabino en otra ocasión: "Primum non nocere" es decir, lo primero no hacer más daño del que se quiere evitar.


Sacrificio de SOLITO todas con él.
SOLITO pasó a vivir más allá del cercado del Refugio. Montaña y libertad.
Si este escrito sirve para ayudar a no tomar decisiones drásticas sin consultarlo meticulosamente, ya estará bien hecho.
.......................................................................
Durante este año además de los 11 caballos recogidos en el Vallés Oriental, entraron 11 caballos más recogidos de a uno o en parejas, que luego de pasar por el Refugio salían en adopción.





No hay comentarios:
Publicar un comentario