domingo, 30 de noviembre de 2008

LA FLACA

Todo comenzó con una llamada de una señora que utilizaba regularmente ese camino para ir a trabajar. Nos dijo que había hablado con el ayuntamiento pero que no le respondían, y que estaba preocupada porque en un pequeños cercado, veía dos yeguas en un estado de delgadez extrema, algunos perros atados y nunca veía que los animales estuvieran comiendo.

Llamamos a SEPRONA quienes fueron a investigar y nos dijeron que había dos yeguas muy delgadas, una bastante mal, un poni y un potro esqueléticos.
Allí conocimos a los miembros de este SEPRONA, personas entregadas a la causa de la protección animal y con quien hemos trabajado muchas veces posteriormente

A la mañana siguiente fuimos directamente a hablar con el Alcalde, le llevábamos el Acta preparada, para que firmara el decomiso de los animales....pero no sabíamos que el dueño de la parcela y de los caballos era el encargado de recoger los perros abandonados del municipio y el ayuntamiento le pagaba por esto.
El Secretario del alcalde nos “dio largas” diciendo que hasta el lunes no se podría hacer nada, que el Alcalde no estaba y que no serviría de nada que le esperáramos… y tuvimos que marcharnos.

Ese viernes "La Guapa" (una yegua preciosa alazana) estaba de pie, intentando comer unos hierbajos del borde del cercado.
Saliendo del ayuntamiento fuimos a ponerles de comer, acabábamos de bajar del coche cuando vimos que por lo alto del camino venía hacia nosotras un coche a toda velocidad, un presentimiento o un poquito de experiencia hicieron que nos encerrásemos dentro del coche y pusiéramos los seguros….el individuo que bajó del coche se dirigió a nosotras con malos modos y gestos de amenaza, y aunque intentamos bajar un poco el cristal y hablar con él vimos que se ponía más nervioso y agresivo y optamos por poner el coche en marcha y alejarnos…en el maletero se quedaron las zanahorias, manzanas y el pienso que llevábamos para los caballos!


El lunes cuando volvimos "La Guapa" estaba estirada dentro de la barraca.

Mientras María iba al Ayuntamiento a forzar el decomiso, nos quedamos con SEPRONA intentando que pudiera levantarse.

No sabíamos cuanto tiempo llevaba en el suelo, sabíamos que el sábado por la tarde estaba de pie porque nos lo confirmó Oscar, pero para los que no lo sepan los caballos no pueden permanecer acostados, porque llega un momento en que se les encharcan los pulmones.
Le alimentamos con trocitos de manzanas y zanahorias, pequeñas cantidades durante bastante tiempo ...intentó levantarse hasta 10 veces y cada vez volvía a caer.
Fue lo más triste que he vivido desde que estoy en esto, ver las ganas de vivir de una yegua, ver sus ojos llenos de fuerza y como la gravedad la hacía caer una y otra vez.

El veterinarios dijo que no había otro remedio que eutanasiar, que el suero no haría nada, y para colmo los agentes de la Guardia Civil no podían quedarse allí guardándonos las espaldas hasta que el animal pudiera absorber dos o tres botellas de suero…pero lo decisivo era que el veterinario insistía en que no sacaríamos nada con el suero que estaba en un punto de no retorno. La musculatura no existía prácticamente y por ende no podía aguantar el peso del esqueleto para que la pobre yegua se pudiera poner de píe.

Dios! ¡qué tristeza!, tenía un corazón de león y no le iba a servir para nada.

La eutanasia no fue fácil, a pesar de las inyecciones el corazón no dejaba de latir y la angustia de sus ojos nos llenó el corazón de dolor y desesperación.

Y no moría....
Cada vez que veo las fotos los ojos se me llenan de lágrimas y el corazón de congoja.

Fue sin duda el suceso más triste y que me marcó más de todos los que hemos vivido.



Una Alcaldía al que le debían haber llegado noticias de cómo estaban estos animales y que sin embargo continuaba manteniendo en ese trabajo a un individuo que era conflictivo, como mínimo; entorpece un proceso de decomiso y dos días más tarde una yegua ha llegado a un punto de no retorno. Pero hay que seguir adelante, hay que juntar fuerzas para ocuparte de los que siguen de pié y no podemos olvidar que nos llevamos de a BIRDY, SAIF y a LA FLACA, otra yegua que se mantenía estoicamente de pie, aguantó todo el viaje y fue saliendo adelante poco a poco hasta encontrarse en un estado magnífico y convertirse en la reina del Refugio.


LA FLACA (originariamente MAY) siempre por allí, en medio de todos los visitantes, curioseando y metiendo su cabeza en medio de los grupos de personas para recibir su ración de mimos.

La primera en mostrarte donde se guardaba el pienso para que no te olvidaras de ella.

Después de muchas aventuras LA FLACA nos dejó y como este es un BLOG de grupo, adjunto unas líneas de Leonor:

“La Flaca llegó en el peor estado al que puede llegar un caballo, esquelética, con la cadera rota (por suerte ya soldada, pues era una lesión antigua) y en cuanto bajó del remolque y nos miramos supe que viviría, que quería vivir, que quería saber lo que era ser querida y respetada.

Y lo ha conseguido durante un año y cinco meses.

No se rindió nunca, tenía el hígado destrozado por aquella desnutrición tan brutal, esto le producía frecuentes achaques, pero ella resistía…. resistía las curas, las inyecciones y la fiebre que hubiera tumbado a cualquier otro caballo. Cayó varias veces en las posturas más increíbles, pero luego de largos minutos en shock reaccionaba y se ponía de pié, la última de esas caídas fue en la riera, a consecuencia de la cual se fracturó una mano.. Incluso estaba dispuesta a sobrevivir con una mano rota, quizás por la osteoporosis propia de su edad y de las secuelas de su triste vida, pero yo que la quería tanto, he tenido que decidir por ella otra cosa, y aunque me pedía a gritos que la ayudase a levantarse tuve que sentarme a su lado, y acariciarla mientras el veterinario la dormía, explicándole que esta vez había que rendirse. Como decía Leonor: "He conocido a muchos caballos, los he querido a todos con toda mi alma, pero Flaca "Corazón de León", la más valiente, ha sido la que me está haciendo llorar las lagrimas más amargas”


BIRDY

Pero no nos quedemos con este momento tan triste, viendo la foto del tiempo que La Flaca vivió feliz en el Refugio y de los que llegaron con ella y ahora están adoptados viviendo una vida apacible. S.- L.


SAIF en el Refugio, recién castrado


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